En el culturismo, las dietas ricas en hidratos de carbono y bajas en grasa, han sido la tónica general, no tienen un nombre comercial concreto, pero en numerosas entrevistas, muchos nutricionistas deportivos aseguran que una alimentación con un gran % de las calorías provenientes de los hidratos de carbono es la dieta ideal.
Dietas con 70% de hidratos, 20% de proteínas y 10% de grasas (como ya mencionó Jay Cutler en su libro), o incluso, el famoso 60% hidratos, 30% proteínas y 10% grasas, fueron muy comunes en los años 90, como dietas clásicas para ganar volumen.
Esto podría tener sentido (como vimos en el apartado de los hidratos de carbono), puesto que nos asegura una dieta más fácil de llevar, con grandes fuentes de macros cuya única función es la energética; cantidades bajas de grasa, ya que, tradicionalmente, siempre se ha considerado que las grasas no eran necesarias, o no en cantidades grandes. Hasta había la creencia que si acumulabas grasa era porque comías grasa, por lo que para adelgazar simplemente se limitaba su consumo.
En el mundo del fitness siempre se le dio mucha importancia a los hidratos, se les consideraba la fuente de energía, y muy poca importancia a las grasas, se las veía un foco de problemas, tanto de salud como estéticos.
Todo esto ha ido cambiando a medida que la nutrición ha pasado a ser una carrera universitaria. Ahora hay profesionales en este sector, tienen lugar estudios en lo referente a la alimentación, así como, inversión de dinero en investigación. Nutrición y salud, como hoy en día, van de la mano, Aunque en la década de los 90 no era así.
Por lo tanto, echando cuentas, un culturista con una dieta de 70/20/10 que necesitara 5000 kcal para conseguir volumen. 3500 kcal serían de hidratos de carbono, supondría 875 gr de hidratos de carbono puros por día.
Es por eso que en estas dietas hay de hacer comidas de cerca de 200 gr hidratos de carbono para llegar a estos requerimientos, teniendo todas las comidas una carga glucémica exagerada y generando grandes picos de insulina, con todos los problemas que esto ocasiona.
Es aquí donde reside el problema de este tipo de dietas, sólo 10 gr, aproximadamente, de grasa por comida, en la práctica es muy complicado, se priorizan las grasas provenientes de las carnes o huevos, por lo que casi no hay espacio para las grasas buenas, produciéndose así un gran desnivel entre grasas ingeridas, el tipo de estas y el % con respecto a la dieta.
Pero hay un problema mayor, una dieta con grandes cargas glucémicas, y pocas grasas buenas, donde priman las grasas animales muy ricas en Omega 6, dará como resultado una dieta hipercalórica con inflamaciones continuas por los entrenamientos, favoreciendo las magnitudes de estas inflamaciones por el ratio desfavorable hacia el Omega 6, sin apenas del Omega 3, con todas las implicaciones que esto conlleva, a nivel nervioso, de rendimiento y de salud.
El resultado final son dietas muy nocivas a nivel cardiocirculatorio, si a esto le unimos el uso de anabolizantes típicos en el mundo del fitness, donde el efecto secundario es el incremento del colesterol, sumado a personas con un gran peso corporal, en el que muchos de ellos pueden tener su proBNP (un marcador de congestión cardiaco) anormalmente alto, se convierte en el caldo de cultivo perfecto para que los culturistas de aquella época tuvieran problemas cardiacos. A día de hoy, culturistas que siguen llevando a cabo estas prácticas pueden padecer problemas cardíacos. Con las redes sociales se conocen muchos casos de culturistas con problemas cardiaco o, incluso, la muerte. Muchos grandes de aquella época hoy son conocidos por haber sufrido infartos.
Pero no todo es malo en estas dietas, conociendo sus limitaciones y problemática podemos hacer ajustes de manera que solucionemos estos problemas. ¿Cómo? Bien, veamos los inconvenientes y ventajas de forma resumida y cómo solucionarlo.
Energía Rápida:
Manejo del Peso:
Niveles de Glucosa:
Desbalance Nutricional:
Salud del Corazón:
Sostenibilidad:
Concentraciones de Lípidos en Sangre:
Niveles de Energía y Rendimiento Físico:
Salud Cerebral:
Problemas Gastrointestinales:
Disponibilidad de Energía:
Recuperación:
Proteínas para Construcción Muscular:
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Balance Nutricional:
Calidad del Entrenamiento:
Salud Hormonal:
Sostenibilidad:
Salud General:
Como veis, aunque este tipo de dietas fueron muy usadas, y pueden obtener muy buenos resultados, no son la mejor opción para garantizar una salud óptima a largo plazo. Lo hemos tratado como dietas inflamatorias, y desencadenará en algún problema de salud a largo plazo si no se alternan con dietas anti inflamatorias.
En mi opinión este tipo de dietas son las más fáciles de estructurar, las más económicas y simples de hacer, quizás por eso tuvieron tanto éxito entre la gente de a pie. Nos lleva a una asociación absurda, pero vigente aún a día de hoy, mucho hidrato para entrenar fuerte y pocas grasas para no subir de peso en exceso, ese es el simplismo tras esta modalidad de dieta.
Afortunadamente a día de hoy, estas dietas están más relegadas, pasando casi al lado opuesto, donde se considera al hidrato de carbono una mala idea para la salud. Ningún extremo es bueno, recordad que hay aminoácidos esenciales, también hay grasas esenciales, pero glúcidos esenciales no existen. Si no consumimos hidratos no moriríamos, sin los otros 2 si, por ello los hidratos permiten alimentar nuestro entrenamiento, pero no es necesario más. Mencionar también que el estilo de vida de un culturista perjudica bastante el sistema cardiocirculatorio, se somete al cuerpo a grandes presiones sanguíneas, provocando corazón de atleta (agrandamiento del corazón), cuerpos pesados. Todo ello junto al uso de anabolizantes, con sus repercusiones en este ámbito.
En definitiva, el sistema cardiaco hay que cuidarlo todo lo posible con este deporte, y una dieta de este estilo no lo hace, aunque tampoco dará beneficios extras reduciendo los hidratos al 40% por ejemplo.
Desayuno:
Media Mañana:
Almuerzo:
Merienda:
Cena:
Nocturna:
¿Estás consciente entonces de la importancia de los hidratos de carbono?