Las subidas grandes de glucemia, o niveles altos de azúcar en la sangre, pueden afectar negativamente a los riñones. ¿Qué hacer o cómo no llegar a esto?.

Todo el mundo se preocupa, a la hora de hacer dietas para la hipertrofia, de lo malo o no que son las proteínas para los riñones. Pero, nadie habla del problema que suponen los hidratos para dicho órgano, problemas, que suelen ser mayores que los de las proteínas, y se suelen usar técnicas de consumo de hidratos, bastante mas perjudiciales que el consumo elevado de proteínas.

Cuando los niveles de glucosa en la sangre son persistentemente altos, como en el caso de la diabetes no controlada, o en las tomas de hidratos que proporcionan una gran carga glucemia en poco tiempo, esto puede causar daños a los vasos sanguíneos del cuerpo, incluidos los vasos que suministran sangre a los riñones.

Esto puede llevar a una condición conocida como nefropatía diabética, que es una de las principales causas de enfermedad renal crónica y fallo renal.

Los riñones filtran los desechos de la sangre y mantienen el equilibrio de fluidos y electrolitos en el cuerpo. La nefropatía diabética ocurre cuando los vasos sanguíneos dentro de los riñones se dañan, cosa no muy difícil debido a su pequeño tamaño, dificultando la filtración eficaz de la sangre. Con el tiempo, esto puede llevar a una acumulación de desechos en la sangre, aumento de la presión arterial, y eventualmente a la pérdida de la función renal.

¿Cómo evitar esta situación?

La prevención y el manejo de las subidas grandes de glucemia son fundamentales para reducir el riesgo de nefropatía diabética y otras complicaciones relacionadas con la diabetes.