Cualquier hombre puede pasar del 25% al 15% de grasa corporal con entrenamiento y una dieta decente. Asimismo, cualquier mujer puede pasar del 45% al 25% sin demasiados problemas. Pero después de eso, las cosas se ponen problemáticas.

La misma dieta que te llevó a ese primer hito probablemente no te llevará al segundo. La grasa se vuelve pegajosa, generalmente alrededor de la cintura. La gente culpa de esa suba de peso a la falta de sueño, la edad, la genética e incluso el cortisol.

Espera…si bien todas estas cosas influyen en la grasa rebelde y el peso extra, son en gran medida sintomáticos de una baja sensibilidad a la insulina…

En fin, afortunadamente, hay varias cosas que puedes hacer para corregir tu resistencia a la insulina y atacar específicamente las zonas problemáticas.

Utiliza trucos dietéticos sencillos para aumentar la sensibilidad a la insulina

Sin una sensibilidad óptima a la insulina, muchos de los carbohidratos que consumes se almacenarán en forma de grasa en lugar de en músculo. Si bien su instinto podría ser adoptar una dieta baja en carbohidratos, eso no soluciona el problema (y una dieta baja en carbohidratos crónica perjudica tus capacidades de desarrollo muscular).