En la época que estamos viviendo, donde ante todo se premia la productividad, el éxito, las comparaciones, el querer destacar, y donde la vida cada vez es más demandante en cuanto a competencia, en el ámbito laboral y personal, donde hay luchas continuas para conseguir un mejor trabajo, una mejor pareja, una mejor salud, un mejor coche, etc., el hacerse productivo, eficaz, rendir más, es algo muy codiciado y ambicioso, hasta el punto que gran parte de la población utiliza medicamentos de tipo nootrópicos (mejoran la concentración) para producir más en sus estudios, trabajos, entrenamientos, etc.

Con esta base social, la dieta y la nutrición desempeñan un papel fundamental en la eficacia laboral y el éxito personal de un individuo, que no podemos dejar de analizar en este curso.

En primer lugar, una dieta equilibrada proporciona la energía necesaria para llevar a cabo las actividades diarias con vigor y eficiencia. Los alimentos que consumimos se convierten en combustible para nuestro cuerpo. Si este combustible es de alta calidad, es probable que rindamos mejor en nuestras tareas laborales y personales. 

Además, una nutrición adecuada mejora la capacidad cognitiva. Alimentos ricos en antioxidantes, ácidos grasos Omega-3 y otros nutrientes esenciales pueden potenciar la memoria, la concentración y otras funciones cerebrales que son esenciales para el rendimiento laboral. Una mente aguda y alerta es más capaz de resolver problemas, tomar decisiones y aprender cosas nuevas, lo que puede traducirse en un progreso profesional y personal.

Por otro lado, la falta de una nutrición adecuada puede llevar a enfermedades y problemas de salud. Estos problemas de salud pueden resultar en absentismo laboral, reducción de la productividad y una disminución general en la calidad de vida. Además, las enfermedades relacionadas con la dieta, como la diabetes, enfermedades cardíacas y obesidad, pueden tener un impacto significativo en la longevidad y la calidad de vida de una persona.

Una dieta adecuada, la cual este bien ritualizada y nos genere unos hábitos saludables nos ayudará a llevar una vida más estable y equilibrada, ya que unos buenos horarios dietéticos como hábitos ayudarán a instaurar otros hábitos buenos relacionados con estos horarios, como hábitos que mejoren el descanso, el entrenamiento, el esparcimiento, el concentrarse para trabajar, etc.

Para rendir más laboralmente, es importante tener ciertos aspectos nutricionales en cuenta, ya que la comida que hagamos puede influir en nuestras fluctuaciones de energía.

Grandes comilonas, antes de enfocarnos, dificultará este proceso, así como el consumo continuo de hidratos de carbono con gran carga glucémica hará que estemos somnolientos por lo que nos costará más rendir.

Por esto, ajustar la dieta a los horarios laborales o viceversa, puede traducirse en una gran mejora en ambos sentidos, cosas tan sencillas como no producir muchos picos de glucemia (ya que en las hipoglucemias reactivas que van después de las hiperglucemias por comer dulces se produce un estado de somnolencia), no hacer comidas muy copiosas antes de entrenar, dejar las mayores cargas glucémicas para después de entrenar, o incluso el hacer unas horas de ayuno apoyado de un café por las mañanas, te brindará una franja horaria de gran productividad, ya que la vigilia en este ayuno, junto a la ingesta de la cafeína con el estómago vacío (hará que llegue rápidamente a la sangre) en ese periodo donde el cerebro está más fresco, ya que acaba de descansar, es una gran estrategia de rendimiento laboral y productividad, no es raro ver grandes empresarios hacer sus tares de mayor demanda cognitiva antes del desayuno en horarios tempranos.

En el ámbito personal, una buena nutrición también influye en el bienestar emocional. Alimentos que regulan el azúcar en sangre y mejoran la producción de neurotransmisores, como el triptófano que se convierte en serotonina (presente en los lácteos, de ahí la costumbre de beber leche caliente antes de dormir), pueden mejorar el estado de ánimo y reducir el riesgo de depresión y ansiedad. Sentirse bien emocionalmente puede influir positivamente en las relaciones interpersonales, la autoestima y la motivación para alcanzar metas personales.

Por último, pero no menos importante, cuidar de uno mismo a través de la dieta y la nutrición también refleja una actitud de autorrespeto y autodisciplina. Estas cualidades son valiosas, no sólo en el ámbito laboral, donde la disciplina y el respeto son esenciales para el éxito, sino también en la vida personal, donde pueden influir en la forma en que una persona se relaciona consigo misma y con los demás.

Un cuerpo saludable y fuerte, carente de grasa y con buena higiene corporal, manifiesta dedicación, implicación, compromiso con uno mismo y una serie de atributos positivos que no necesitas decirlos, se observan a simple vista, una buena apariencia infunde respeto, además de ser más atractivo, cualidades que evidentemente, ya sea para los negocios, para tu vida social o incluso para tu autoimagen y autoestima vendrán bien.

En conclusión, la dieta y la nutrición son fundamentales para el éxito laboral y personal de una persona. Proporcionan la energía, claridad mental y bienestar emocional necesarios para enfrentar los desafíos diarios y alcanzar metas a largo plazo. Es esencial ser consciente de la importancia de una alimentación equilibrada y hacerla una prioridad en la vida diaria.

A- CONSEJOS PARA EL NUEVO CAMBIO

Aquellas personas que estén decididas a cambiar su estilo de vida, su nutrición, deben saber que estos cambios tienen que ser graduales, que poco a poco se vayan sumando al objetivo final, que no es otro que el de adquirir hábitos positivos que te inciten a seguir un estilo de vida orientado a la salud, rendimiento o ambos.

El gran problema que veo, es que la gran parte de la población siempre pretende introducir sus cambios de golpe, modificando su día a día de manera abrupta, siempre suelen ser movidos por un golpe de motivación que les hace quererlo todo ya, de hecho, las personas que acuden a mi para que les confeccione un plan, llegan con una gran predisposición, con frases como ¨tu manda que yo lo hago todo al dedillo¨,  o ¨pon lo que sea mejor que yo si me pongo lo hago bien¨, toda esta gente es la que menos dura haciéndolo.

Normalmente la primera semana se hacen todos los grandes cambios, que no pasan más allá de las 3 primeras comidas y la compra de la misma, luego nos vamos saboteando poco a poco, llegando las preguntas de esto puedo cambiarlo por esto, esto otro podríamos quitarlo, etc. en definitiva, los que parecen más motivados al cambio son los que menos hacen, ya que la motivación siempre es extrínseca, como por ejemplo una boda, un verano que llega con sus vacaciones, el hecho de lucir esa barriga “colgona” no nos atrae, o simplemente una soltería repentina que les hace querer volver al mercado lo mejor y antes posible.

Aquellas personas, en el ámbito de la nutrición, que sólo miran el resultado, y no se centran en disfrutar del proceso, no consiguen ese resultado, los que de verdad llegan a sus objetivos son aquellos que no ven en este proceso una cuenta atrás, donde cada día es un triunfo, si no los que ven en esto algo más de su vida que van incorporando.

Es por esto que mi consejo inicial para comenzar sería ir introduciendo los cambios poco a poco, las primeras comidas quizás no pasa nada por comer sólo los alimentos sin el peso pautado, para ver cómo podemos combinarlos de la mejor manera posible, al principio no es tan relevante la comida como tal, sino el hábito de escoger alimentos pensados para un fin, en vez de la práctica habitual de comer lo primero que cojamos, es importante ir adaptándonos a introducir las comidas cuando toca, no cuando nos acordamos o cuando dicten las normas sociales.

Así mismo, es fundamental acostumbrarnos a comer día tras día lo mismo, no es algo necesario para estar sano, pero si para obtener rendimiento y un nivel de estética mejor. Normalmente algo que a muchos les sorprende es que les ponga la misma dieta de lunes a viernes, como si de algo malo se tratara, cuando en realidad esto tiene múltiples ventajas

  • Coges el hábito de esas comidas.
  • La compra es mucho más fácil de hacer, si cada día se come una cosa distinta es muy habitual que siempre falten cosas en casa.
  • Al comer siempre lo mismo es más difícil comer cosas que no deberíamos, ya que solemos tender a comer según nuestros estados de ánimo, si sólo tenemos aquello que debemos de comer es más fácil.
  • Así te aseguras de no tener carencias en la dieta, si está bien planificada sin carencias, ingerirás todos los días lo que necesitas.
  • Si haces otra para fines de semana o días de no entreno, y permites alguna comida libre, la variedad es tal que no deberías por que cambiar cada día.
  • Probar una gran variedad de sabores hace que la gente tenga un mayor apetito, ya que no siempre se come por hambre, si no por gula.

Es por esto que para mí, una dieta para ser más efectiva debe de ser repetitiva, no tiene por qué repetir comidas el mismo día, pero si las mismas comidas día tras día.

Es muy importante ver esto como un proceso de cambio, como una nueva vida que instauramos, no como un acto puntual o no funcionará.

Todos conocemos a alguien que perdió 20kg con una dieta, y cuando llego a su objetivo dejo de hacerla, dejándose llevar por sus hábitos habituales y recuperando lo perdido más algún que otro kilo de más. No cometáis el error de ver esto como un acto aislado, es un cambio de vida, sin tiempo, sin objetivo para ya, sin prisa, y del que deberíamos aprender y disfrutar.

Es por esto, que yo abogo por que se introduzcan cambios paulatinos pero sólidos, creando hábitos nuevos a raíz de los antiguos. Por ejemplo, si tienes la costumbre de comer algo dulce tras la comida, y eliges chocolate, sigue haciéndolo, pero ahora elige otra cosa, pasa primero a una fruta, y luego a una gelatina light, conseguirás eliminar un hábito nocivo, pero hemos y para ello hemos aprovechado uno ya existente. O más simple, pero más costoso, simplemente instaura hábitos positivos nuevos en relación a estos nuevos cambios dietéticos.

¿Por qué te recomiendo mirar esto desde una perspectiva de hábitos?

Muy fácil, la fuerza de voluntad es consciente, debemos de prestar atención, agota mucho y nos genera malestar por luchar contra lo que nuestro cuerpo nos pide, pero un hábito esta instaurado en la parte automática de nuestro ser, no lo pensamos, no lo reflexionamos, no hay toma de decisiones una vez creado, simplemente lo hacemos y no nos damos ni cuenta.

B- ¿QUÉ SERIE DE HÁBITOS TE VENDRÁN SÚPER BIEN PARA CONSEGUIR TUS OBJETIVOS?

  • Prepárate todas las comidas el día antesy guárdalo en tuppers, así no tendrás que decidir ni cocinar, no dejando lugar a la improvisación, y si eres de las personas que no les gusta tirar comida lo comerás sólo que por no desperdiciar esos alimentos.
  • No compres aquello que no puedes comer. Es fácil, adapta tu entorno a la dieta, no luches contra todo continuamente, si no puedes comer chocolate no lo compres, la excusa del que tiene niños pequeños en casa y le es imposible. Yo me pregunto, es que para un niño pequeño ¿comer chocolate es mejor que para ti? Edúcalo desde su infancia, de adulto su salud y él te lo agradecerán, y para darle un capricho esporádico siempre estará la tienda para comprarlo.
  • Escoge alimentos fáciles de cocinar o menús simples, muchas veces los que nos tira hacia atrás es el hecho de tener que cocinar tanto, para la dieta el minimalismo es una gran forma de hacerlo posible.
  • Recuérdate continuamente porque lo haces, aparecerán ganas de dejarlo, pero recuerda ese porque que te llevo a hacerlo, eso que querías conseguir, cada comida estarás más cerca de ello, y cada comida será un paso adelante a adquirir el hábito de comer bien y luego saldrá solo.
  • La microbiota se adapta a lo que solemos comer, es por esto que la gente que hace dieta, cuando lleva mucho tiempo, se la salta y le sienta mal, cosas que jamás le dieron problemas ahora se la dan tras 2 años a dieta, por lo que preferirán no saltarse la dieta. Esto siempre me pareció muy curioso, y es que todos los que conocía que seguían dietas rigurosas, les sentaba mal la comida ¨normal¨ y con el tiempo conseguí entender por qué, el que come mal de habitual tiene microbiota adaptada a eso, así que no le supone ningún problema.

Algo a destacar, es la tendencia a pensar ¨a principio de año empiezo la dieta¨ o cualquier otra fecha, es decir, decir que se va a hacer, pero llegado un periodo, y yo me pregunto, ¿nuestro yo futuro será mejor que nosotros y le costará menos hacerlo? Porque empezarla a principios de año, el mejor momento de plantar un árbol fue hace 10 años, el segundo mejor momento es ahora, recuerda que siempre que te digas que lo empezarás en una fecha futura, es que no lo harás, estar procrastinando algo tan sencillo que puedes empezarlo hoy mismo, con la cena.

Recuerda siempre que a tu yo de dentro de 3 meses le costará lo mismo que a tu yo actual hacer la dieta, por lo que es posible que ese yo futuro haga la misma táctica que estás haciendo tú ahora mismo de posponer.

El problema es que sólo tomamos medidas de manera curativa, para solucionar problemas, pero no de forma preventiva, para evitarlos. Haz de esto un proceso llevadero, ve poco a poco, instaura cambios ligeros pero consistentes y continuos, no quieras arreglar en 2 meses lo que destrozaste en años, hacer dieta no sólo te sierve para estar mejor y más sano, también trabajarás la disciplina, autocontrol, impulsos y un sinfín de habilidades que te vendrán muy bien para tu día a día.

No esperes a hacerlo para curar algo, hazlo mejor para prevenir.

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