El éxito de los verdaderos atletas de competición se puede aislar en un solo punto, ¡la disciplina!… esto es absoluto e inquebrantable…
Seamos realistas: seguir entrenando, con una actitud mediocre, producirá pocas ganancias de tamaño. Todos conocemos a aquellos que pasan de un equipo a otro sin rumbo fijo, mirando sus relojes y esperando que su sesión de entreno llegue a su fin para poder conducir a casa y ver la televisión o ir mostrando selfies.
Uno se pregunta por qué estas personas entrenan en primer lugar.
Después de todo, los objetivos alcanzados (musculo) provienen solo del entrenamiento intenso… tus sesiones a medias, carecen de la intensidad necesaria y, en la mayoría de los casos, no logran obtener ni siquiera resultados mínimos…
Todos sabemos que los verdaderos atletas llevan su físico al límite y no aceptan nada más que lo mejor de ellos mismos. Claramente todos los que entrenamos con un plan, utilizamos la disciplina como elemento, que a menudo separa a los verdaderos culturistas de los atletas mediocres.
Pero ¿qué es la disciplina?
- La gente generalmente odia la disciplina porque a menudo significa forzarse a sí mismo a confrontar las realidades de su vida: la persona que hace dieta, por ejemplo, debe adherirse rígidamente a un estricto plan de alimentación.
- La disciplina, por tanto, tiene connotaciones negativas para muchos, sin embargo, es una variable inmensamente importante, en lo que respecta al desarrollo del físico.
Primero, es control mental
Esencialmente, ejercitar la disciplina significa tener control sobre la mente, usar nuestra voz interior para forzar un resultado en particular.
Imagínate realizar una serie de press de banca con una mentalidad no disciplinada.
- El peso levantado y el número de repeticiones probablemente estarían al menos un 25% por debajo de lo que se podría lograr con suficiente motivación.
Imagínate entonces a un lunático delirante acercándose con una pistola y exigiéndote que cargues 20 kg adicionales y bombees 5 repeticiones adicionales.
- Con toda probabilidad esto se lograría.
El culturista se ha disciplinado a sí mismo para levantar este peso porque su vida ha dependido de ello. Este es precisamente el tipo de actitud necesaria para sobresalir en el culturismo y en el deporte en general.
El entrenamiento debe convertirse en una situación de vida o muerte, por extremo que parezca.
Antes de comenzar con un protocolo complicado, el culturista, en primera instancia, ha tomado el camino más fácil. Ésta es una parte natural de la condición humana.
Es probable que, cuando nos enfrentemos a dificultades, tomemos la opción más fácil porque somos seres que buscan el placer.
Segundo, obeceder las doctrinas personales
A todos nos encanta sentirnos bien y esto tiene sentido. Sin embargo, debemos aplicar la autodisciplina y dificultar las cosas cuando el objetivo es entrenar los músculos.
Claramente, un concepto impopular, la disciplina (que significa adherirse a las doctrinas de otro) debe usarse para ampliar los límites de la capacidad física.
La autodisciplina podría extrapolarse para significar obedecer las doctrinas de uno mismo. Esto significa que debemos establecer metas y buscar continuamente formas de mejorar los niveles de motivación.
En resumen, la autodisciplina es la capacidad de hacer el trabajo, independientemente del estado emocional de uno.
Dada su naturaleza competitiva y el grado de excelencia necesario para separarse de otros de competencia similar, el culturismo es un campo en el que se necesita en abundancia la autodisciplina.
Vince Lombardi, decía…
«LA DIFERENCIA ENTRE UNA PERSONA EXITOSA Y OTROS NO ES FALTA DE FUERZA, NO ES FALTA DE CONOCIMIENTO, SINO MÁS BIEN, FALTA DE VOLUNTAD».