La respuesta hormonal se convierte en un factor importante, dentro de los principales en lo que se refiere a la adaptación al entreno; la hormona de crecimiento y la testosterona se comportan de manera distinta de acuerdo al estímulo, sea este metabólico o mecánico. Existen variables que se vinculan a la magnitud de la carga, la cual se determina por la intensidad, tipo de movimiento, volumen, velocidad de ejecución y tiempo de recuperación, cuyas características tanto individuales como a nivel global inciden sobre la testosterona y la hormona de crecimiento.
Entonces, a nivel hormonal ya hay diferencias sobre el cuerpo del atleta y la concentración mayor de una hormona u otra hace que la respuesta sobre el sistema nervioso y la estructura muscular sean diferentes, por tanto es uno de los factores clave a tener en cuenta para seleccionar qué sistema de entreno es el más adecuado; desde este sentido me puse analizar algunos estudios y uno en particular que trata sobre la relación entre la respuesta hormonal (testosterona y hormona de crecimiento) y el entreno cuando se dan diferentes estímulos y su resultante sobre el rendimiento deportivo.
¿Cómo se da una respuesta hormonal?
Se ha demostrado que el ejercicio de resistencia anaeróbico (con pesas o accesorios) provoca una respuesta hormonal aguda y significativa. Un estudio publicado en la revista Sports Medicine en el 2005 cita que esta respuesta aguda es más crítica para el crecimiento y la remodelación de los tejidos que los cambios crónicos en las concentraciones hormonales en reposo, ya que muchos estudios no han mostrado un cambio significativo durante el entreno de resistencia anaeróbico a pesar de los aumentos en la fuerza muscular y la hipertrofia.
Las hormonas anabólicas como la testosterona y la superfamilia de hormonas de crecimiento (GH) están elevadas durante 15-30 minutos después de entrenar, siempre que haya un estímulo adecuado; en este escenario, los protocolos o entrenos de alto volumen, de intensidad moderada a alta, que usan intervalos de descanso cortos y estresan una gran masa muscular, tienden a producir las mayores elevaciones hormonales agudas (p. Ej., Testosterona, GH y el cortisol de la hormona catabólica) en comparación con los protocolos de bajo volumen y alta intensidad con intervalos de descansos largos, los cuales no lo hacen.
Otras hormonas anabólicas como la insulina y el factor de crecimiento similar a la insulina-1 (IGF-1) son fundamentales para el crecimiento del músculo esquelético. La insulina está regulada por los niveles de glucosa y aminoácidos en la sangre, sin embargo, se han informado en este y otros estudios que se da elevaciones circulantes de IGF-1 después del entreno de resistencia anaeróbico presumiblemente en respuesta hormonal a la secreción hepática estimulada por la hormona de crecimiento (gH).
La evidencia reciente indica que las isoformas musculares de IGF-1 pueden desempeñar un papel sustancial en la remodelación de los tejidos a través de la regulación positiva por señalización mecánica (es decir, una mayor expresión génica resultante del estiramiento y la tensión en el citoesqueleto muscular que conduce a mayores tasas de síntesis de proteínas).
Las elevaciones agudas de las catecolaminas son críticas para la producción óptima de fuerza y la liberación de energía durante el ejercicio de resistencia anaeróbico.
Investigaciones más recientes han demostrado la importancia de las elevaciones hormonales agudas y los estímulos mecánicos para la posterior regulación ascendente y descendente de los receptores de esteroides citoplasmáticos necesarios para mediar los efectos hormonales. En tanto que otros factores como la nutrición, el sobre-entreno, el desentreno y los patrones circadianos de secreción hormonal son críticos para examinar una respuesta hormonal y las adaptaciones al entreno de resistencia anaeróbico.
Los mecanismos hormonales y las adaptaciones
La actividad de los músculos se da por una adaptación de sistemas, estructuras y muchos órganos, los cuales se conectan entre sí, estableciéndose por convicción que hay una relación directa (no exclusiva) entre la fuerza y el diámetro de los músculos (Ley de Weber). Hay que notar también que desarrollar fuerza conlleva a adaptaciones biomecánicas, metabólicas, neurológicas y morfológicas (Folland y Williams, 2007), además apuntarmos que la fuerza y su manifestación en velocidades elevadas depende de muchos factoress.
Cada mecanismo hormonal y en específico de la hormona de crecimiento como la testosterona son decisivos para las respuestas y adaptaciones al entreno, por tanto el análisis del comportamiento hormonal serviría para controlar las actividades sobre los tejidos musculares. Esta respuesta hormonal que se da en el pre, y post-entreno es fundamental/definitivo para remodelar el sistema nervioso, óseo y muscular, además de impactar en los procesos inmunológicos y en el equilibrio anabolismo/catabolismo.
Las diversas respuestas varían por el estrés que uno va sufriendo, por tanto el diseño de los programas de entreno (protocolo/tablas o similar) pueden ofrecer buenos o malos resultados en función a la reorientación en la respuesta hormonal (Kraemer, 2007).
La respuesta hormonal para definir el tipo de entreno
El entreno se vincula a variables como la densidad, el volumen y la intensidad; al entrenar con pesas o accesorio de resistencia se modifican el tipo de ejercicio, las repeticiones, el número de series, la velocidad de ejecución y el tiempo de recuperación.
- El preparador debe conocer las respuestas, específicamente las hormonales para modificar o decidir sobre cómo entrenará su atleta, además debe diferenciar entre hombres y mujeres tanto a nivel estructural y neuromuscular estableciendo con claridar los parámetros en relación al tipo de hiperfrofia, el impacto sobre el sistema nervioso, las variaciones de trabajo de las fibras musculares y la velocidad de acuerdo a los tipos de movimiento, como la capacidad de aumentar/mantener fuerza o potencia.
- Al conocer la respuesta hormonal, también se puede regular las cargas en el entreno o la competición y de esta manera puede prever el estado catabólico o anabólico o, prever cuando aparecerá la fatiga o el sobre-entreno.
¿Manejas tus hormonas con responsabilidad?