Los últimos dos años han desacelerado el ritmo de vida de todos, con los cambios en los viajes, la cancelación de las competiciones y el reajuste de la rutina diaria, nos han obligado a volver restablecer metas y expectativas de entrenamiento.
Pero no todo es fatal, porque este fue un periodo para mirarte al espejo, de modo de reevaluar y cuestionar tu propósito
Debes darte cuenta que, en realidad no solo entrenas para los eventos, sino que también lo haces para ser una mejor versión de ti mismos, física, espiritual y emocionalmente
Entonces, tu mayor desafío es adaptarte al entorno cambiante en el que vives ahora y darte cuenta de que entrenas para un propósito más alto que solo un evento.
Este año trata de no agregar un programa muy ajustado para que no te vuelvas loco. Si te apresuras a hacerlo todo, cambiando tu rutina y trabajando en función a un calendario muy estresante, puede potencialmente subestimar lo que aprendiste este último tiempo
Es mejor que seas más reflexivo y deliberado acerca de tu enfoque de entrenamiento, porque es posible que tengas que ajustarte nuevamente.
No te apresures en las cosas
Recuerda cuán rápido se cancelaron los eventos los años pasados y tómate un tiempo ahora para replantearte y concentrarte en tu forma física y tu entrenamiento; así estarás preparado en caso de que vuelva a suceder.
Concéntrate, por ejemplo, en la recuperación y el entrenamiento de fuerza, y prueba tu estado físico dentro y fuera de tu zona de confort, en el clima que te gusta y en el que odias, para empezar a progresar… aquí, la variedad hace que progreses…
Deja espacio para el proceso
Centrarte en la fecha de una competición te deja definir objetivos basados en resultados, pero recuerda que todos los objetivos de resultado se derivan de los objetivos de proceso.
Piens que cuando establezcas metas y objetivos, recuerda que puedes definir el éxito de muchas otras formas que mejoran tu proceso, por ejemplo, ¿cuáles son tus objetivos de recuperación? ¿qué pasa con tus objetivos nutricionales?.
- La capacidad de definir los objetivos garantiza que realicen mejoras en el proceso y veas el entrenamiento desde otra perspectiva.
- Recuerda, metas de proceso + seguimiento de tu rendimiento = mejores probabilidades de lograr buenos resultados.
El proceso también implica cuidar tu salud, entonces desde tu sistema digestivo hasta tu sistema inmune deben estar bien cubiertos.
Utiliza el «efecto de nuevo comienzo»
También conocido como un hito temporal, esta es una idea acuñada por la Escuela Wharton, y sucede cuando mentalmente activas un interruptor para un nuevo comienzo.
Por ejemplo, este efecto está presente cuando estableces propósitos de Año Nuevo o un nuevo plan anual de entrenamiento. Durante este periodo, es más fácil crear otro hábito y ponerte nuevas metas.
El «nuevo comienzo» es un buen momento para capitalizar lo que disfrutaste los años pasados, lo que funcionó bien o no tan bien y usando lo que aprendiste.
Es como un punto de referencia para hacer lo que quieras hacer y un avance en tu experiencia.
Escribe lo que aprendiste
Comienza a escribir lo que aprendiste este último tiempo e identificar dónde ves oportunidades para crecer como atleta y al final del año, tendrás un punto de referencia para evaluar qué funcionó y qué no.
Además, escribir lo que te va pasando en un registro de entrenamiento es una excelente manera de ver y celebrar tus éxitos, lo que te ayudará a reajustar tu programa y enfrentar tus limitaciones.
Ponte a prueba
Aborda tu crecimiento aparte de la participación en eventos. Coge el tiempo para pensar en cómo puedes hacer las cosas de manera diferente y se creativo en el proceso.
Recuerda que, la transformación es fundamental para la productividad y el progreso, no solo como atleta sino también como ser humano, y los desafíos, por difíciles que sean, pueden enriquecer tu vida en todos los aspectos.